no llores ni te menosprecies ni te creas menos que un grano de arena. Y
bórrate esos acentos de culpabilidad que están de más y sabes que las
faltas de ortografía no te agradan. Eres mi reina. Eso sí, con corona
liviana que sé no te gustan los abalorios. Y mírame, es transparente
pues sé quieres pasar desapercibida. (Cé) |