"Hay
momentos en la vida en los que alguien se cuela por una rendija y
comienza a habitarnos. Nunca sabemos cómo sucede y qué mecanismos se
activan bajo la epidermis, pero sentimos sus efectos y nos sorprendemos
recordando un rostro, un tacto, una voz."
(Mikel Alvira, EN LA TiERRA DE LOS NOMBRES PROPiOS)
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